white and blue ibiza

El ojo que disfruta

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La extravagancia de Ibiza es atemporal. No sólo atrae a gente muy excéntrica ya de por sí, se nota que también los que están de paso aprovechan para vestir aquí lo que no se atreven a llevar  en sus lugares de origen. Es llegar a Ibiza y desmelenarse a tope. ¡Viva! La tolerancia y libertad estética ayudan mucho. Y tantas nacionalidades juntas y revueltas dan mucho color. ¡¡Y los millonarios!! «Impresiona mucho ver que llevan ropa de Chanel, Louis Vuitton o Dior, pero de esta temporada. Que no son vintage. Vamos, que las ves en el Vogue de este mes…!» -me decía un amigo que trabajó en el cabaret-club Lío, del grupo Pacha. Todo un escaparate del lujo en todas sus versiones, del más hortera y ostentoso (que abunda mucho) al clásico y elegante tipo «El gran Gatsby». Todas las grandes firmas venden en Ibiza las prendas más arriesgadas de su colección.

Recomiendo la tienda EGB, mujer y hombre, entre las de esta gama.

Eso sí, para mí, la calidad se nota especialmente en cada pieza, no hace falta mirar la etiqueta para saber si una prenda es buena. En este terreno la moda ibicenca es una gozada. Existen varias firmas que son más personales, diseñadas en petit comitè y con muy buen gusto. Colecciones producidas con intuición y visión de producto. Fuera de las tendencias masivas, con una exquisitez propia e intransferible. Destaco The Rose en Santa Gertrudis, sus sedas y terciopelos son un verdadero ‘must’ en la isla. Y tienen esa virtud que hace que puedas lucir un mismo vestido o un kaftan tanto de día como de noche. Muy versátil. Además tiene una parte de la tienda dedicada al arte, donde expone su obra Aldo junto a los trajes de Claudina. Una de las parejas mejor avenidas que conozco. Buen rollo.

SACREDLOVECHILD. Quédate con este nombre. Un estilazo rabiosamente exótico, futurista pero primitivo, vanguardista pero tradicional. Todo un reto que hace que sus desfiles sean en sí un espectáculo performance. Os dejo el contacto, tienen diferentes puntos de venta repartidos de costa a costa. 

Y como no, mención especial a las «joyas» encontradas en mercadillo. San Jordi (hipódromo) y Cala Lenya son hippy markets de segunda mano. Se encuentran antigüedades y locuras varias que hacen las delicias de los bolsillos pequeños. Sobre todo cuando te topas con l@s guiris que al final de temporada se han gastado todo en las noches locas y se ponen a vender hasta la maleta y lo que llevan puesto para conseguir volver a su casa. Es muy divertido. Recuerdo que una vez pude reunir el dinero que me faltaba para arreglar mi coche gracias a vender mi ropa en el mercadillo (aunque todavía sufro por aquellos zapatos de Prada que vendí por 8€!!!). 

Entre los mercados de productos nuevos, están Las Dalias y el de Sant Joan, este último especializado en artesanía y con una estética súper hippy. Bolsos de cuero, chalecos, sombreros… Buena calidad y estilo inconfundiblemente ibicenco, un crisol de culturas. 

Es un clásico entre los vendedores, pasar el invierno produciendo en Asia y la temporada vendiendo aquí. 

Del mundo hippy market nos quedamos con la fabulosa Pinka y su firma LOVE REVOLUTION, que cada año arrasa con su colección de cuero, y en textil los estampados sutiles y enormemente favorecedores de Sadhana y su firma haiku. Ambas venden en Las Dalias. 

Una de las marcas más identificativas de Ibiza, que empezó en los mercadillos y ahora está con tienda propia en las principales capitales de España es World Family Ibiza. Su historia es muy peculiar y sus piezas, alucinantes. Merece mucho la pena pasar a visitar su tienda de Can Coronet, de camino a San Juan, y sumergirse en un océano de flores y colores.

Javiera Figueroa

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