Las Casas Payesas. Modelo de construcción

Posted on Posted in Arquitectos

En esta época que nos ha tocado vivir, en la que a diario podemos ver y oír en los medios de comunicación que debido a la crisis económica y el cambio climático que sufre nuestro planeta nuestro modus vivendi  debe cambiar y adaptarse para llevar una vida más austera y en convivencia con la naturaleza, ahora que sabemos que este cambio en nuestras actitudes es el único camino para dejar un mundo más equilibrado y sostenible a las futuras generaciones, pues bien en este momento tenemos en “casa” un ejemplo de austeridad, ahorro de agua, energía y respeto con la naturaleza.

Cuando me refiero a “tener en casa” voy mucho más allá de una simple expresión lingüística  ya que son precisamente las casas tradicionales ibicencas el mejor ejemplo de ahorro y adaptación al entorno que podemos encontrar hoy en día.

Se tiene constancia que las casas payesas son uno de los legados que nos dejo la época fenicia en nuestras islas, los fenicios que siempre fueron un pueblo de mercaderes y viajaron por todo el Mediterráneo recogiendo de cada una de las zonas por donde pasaron ( Egipto, Mesopotamia, etc… ) una síntesis de ideas, en este caso para la construcción y de esa amalgama de conocimientos de arquitectura nació la actual casa payesa,  prueba de que la construcción que nos dejo en herencia el pueblo fenicio es prácticamente perfecta para Eivissa es que los restantes pueblos que pasaron por la isla en el transcurso de la Historia apenas aportaron e influyeron en la construcción ibicenca, y estamos hablando de pueblos con legados culturales tan predominantes como romanos, musulmanes o cristianos.

Antiguamente las casas payesas se construían aprovechando la roca del terreno para usar esta misma como elemento para cimentar, así la orografía de la finca formaba a ser parte de la propia construcción, el suelo de la casa era muchas veces la propia piedra desde la que esta se herejía.

La casa payesa se componía de varios aposentos en forma de cubo que se iban adaptando a las necesidades de sus habitantes, es decir, se añadían conforme la familia iba aumentando o las necesidades agrarias de esta lo pedían.

Una de las características propias de una casa payesa es la gran anchura de sus paredes, ese grosor permitía que la casa estuviera más caliente en invierno y más fresca en el verano, a su vez las ventanas de tamaño pequeño las amparaban del sol refrescando la casa en verano y del frio y el viento en el invierno, las ventanas eran más estrechas en el exterior que en el interior, como se construían las antiguas fortalezas.

El color de estos muros es blanco, un blanco impoluto, resplandeciente y deslumbrante, pintadas con cal viva, los que entienden de pintura dicen que las casas pintadas así transpiran mejor que con las pinturas sintéticas usadas actualmente, además el uso de la cal desinfectaba las casas de enfermedades como el tifus.

Una parte primordial de estas casas es su porche o “porxet”  en verano sin duda era la parte de la casa donde se hacia la vida social, también servía para depositar las almendras, algarrobas, y demás productos que se cosechaban en el campo, a un lado del porche solía haber una cisterna donde se guardaba el agua de la lluvia que se canalizaba desde el tejado, también era usual que existiese un horno donde se hacia el pan. El porche podía ir rematado con unos arcos y tanto las puertas como las ventanas se pintaban de color, muchas veces el color usado para este menester era el “azul cielo”.

 

La orientación de las casas era siempre hacia el sur, esta orientación no era casual, con ella se buscaba que la fachada de la casa se calentase con el sol de invierno y recibiese la sombre en verano.

Como vemos las casas payesas por su forma y orientación no necesitaban de mas calefacción que una chimenea en el frio ni mas aire acondicionado que la propia sombra y el aire que refrescaba la casa en los cálidos veranos, consiguiendo de esta forma ahorrar energía y solo usar energía limpia y respetuosa con el medio ambiente.

Otra parte de las casas payesas que no debemos pasar por alto es, claro está, el tejado. Estos se construían planos y con una ligera inclinación para recoger el agua de la lluvia para después almacenarla en esas cisternas antes mencionadas.

Estos tejados se hacían con tres capas de materiales propios de la isla, una primera capa de madera de sabina, una segunda capa de cenizas y algas que hacía las veces de aislante y una tercera y última capa de arcilla, en  el interior de la casa los techos llevaban vigas de sabina.

En estos tiempos que corren, la casa payesa nos indica el camino que debe tomar toda civilización que quiera perdurar manteniendo intacto el legado que nuestro antepasados nos dejaron, el camino de la funcionalidad por encima del camino de la ineficacia, el camino del ahorro y la previsión por encima del de la consumición y el despilfarro, el camino del respeto por el entorno y la naturaleza por encima del de la destrucción y la contaminación, y todo ello sin perder un ápice de su belleza, la casa payesa es uno de los signos distintivos de Eivissa, hoy muchas de ellas sobreviven convertidas en hoteles rurales o restaurantes elegantes donde disfrutar de la gastronomía de las islas.

La casa payesa no solo otorga a Eivissa el eslogan de “la isla blanca “además su espíritu  es el símbolo y el ejemplo que nuestra sociedad debería seguir, el camino que nos debe guiar.

 

white and blue ibiza

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.